Pinochet y Socialismo

El apresamiento del ex-dictator Chileno Augusto Pinochet en Londres en octubre de 1998 reabrió el debate sobre el derrocamiento por las fuerzas armadas del gobierno de Salvador Allende ocurrido en el  año 1973. En ese momento los Leninistas y los Anarquistas lo anunciaron como una confirmación de su argumento de que no es posible utilizar la democracia política limitada existente para abolir el capitalismo. Por lo tanto, vale la pena repetir y analizar por qué lo que sucedió en Chile en 1973 no es relevante para nuestro caso de que el capitalismo pueda ser abolido por una mayoría socialista organizada democráticamente utilizando instituciones electivas y representativas ya establecidas.

La experiencia chilena no es relevante por tres razones básicas. En primer lugar, Allende y La Alianza Unidad del Pueblo (Unidad Popular) que lo apoyaron no gozaron de apoyo mayoritario. En segundo lugar, Allende y la Unidad del Pueblo no defendían el socialismo, sino el capitalismo de Estado. En tercer lugar, se hizo un intento de mejorar las condiciones sociales y económicos dentro del contexto de un solo país

En las elecciones presidenciales celebradas en septiembre de 1970, Allende obtuvo el 36 por ciento de los votos emitidos, sólo venciendo a su oponente conservador que obtuvo el 35 por ciento, mientras que el candidato Demócrata Cristiano obtuvo el 28 por ciento. En otras palabras, fue un concurso a tres vías por medio del cual Allende ganó por un margen no mucho más del mínimo posible: un tercio de los votos más uno. Bajo la constitución entonces vigente en Chile, si ningún candidato ganaba más del 50 por ciento se hacia uso del Congreso de Chile para decidirlo. Allende fue elegido presidente con la ayuda de los miembros Social Demócratas Cristianos del Congreso, perfectamente constitucionalmente, pero sin apoyo mayoritario para su programa. Así que estaba en una posición mucho más débil frente a sus oponentes de lo que sería una mayoría socialista.

Pero el apoyo del que Allende disfrutó no fue para el socialismo de todos modos. La Unidad Popular que el encabezó fue una alianza del Partido Socialista Chileno, el Partido Comunista Chileno y varios grupos de izquierda más pequeños. Su objetivo a corto plazo era llevar a cabo diversas reformas en favor de los trabajadores y campesinos en el contexto del capitalismo. Su objetivo a largo plazo, fuertemente influenciado por el Partido Comunista y la gente que pensaba como ellos dentro del Partido Socialista (por supuesto, el uno no era más comunista en el sentido correcto que el otro era socialista), era algo en la línea de lo que existía en Rusia, es decir, el capitalismo de estado. Tal vez el capitalismo de Estado total al estilo ruso no se pueda establecer por medios pacíficos, pero ¿qué relevancia tiene esto para establecer el socialismo?

Por último, el socialismo no puede establecerse en un solo país. El gobierno de Allende no podría haber establecido el socialismo, aunque quisiera y tuviera mayoría de apoyo popular, por lo tanto, no tenia otra alternativa que establecer el capitalismo. Sin embargo, el capitalismo, como siempre hemos insistido no puede por su naturaleza, representar los intereses de la gran mayoría de la clase trabajadora. Así que, al igual que otros reformistas, Allende fue incapaz de cumplir sus promesas. A pesar de que las elecciones celebradas en marzo de 1973 mostraron que el apoyo de un tercio de la población para la Unidad del Pueblo todavía se mantuvo, El descontento creció entre la mayoría de dos tercios que no la apoyó, el descontento explotado por los opositores del gobierno, alentado y ayudado por la CIA (en pos del interés estratégico estadounidense para no permitir que el capitalismo estatal ruso establezca otra cabeza de puente además de Cuba en su patio trasero) y multinacionales como ITT (que temían la nacionalización sin una compensación adecuada).

En septiembre de 1973, los conservadores (por no decir Fascistas) líderes de las fuerzas armadas, liderados por el general Augusto Pinochet, decidieron que había llegado el momento de escenificar un golpe de Estado. El palacio presidencial fue bombardeado y Allende fue asesinado y un régimen brutal como el que el mundo no había visto desde que Franco ganó la Guerra Civil Española fue instalado. Se desató un verdadero reinado de terror, diseñado para acabar al tercero de la población que aún apoyaba a Allende. Miles de opositores fueron detenidos, torturados y asesinados; instituciones electivas fueron disueltas y las organizaciones de la clase trabajadora fueron prohibidas.

No es de extrañar que la mayoría de la gente se contentara con ver a Pinochet arrestado y sufrir unos momentos incómodos, y terminar sus días en una cárcel española (Thatcher, que vio un espíritu afín, siendo una excepción notable). Pero esto no altera el hecho de que el gobierno que Pinochet derrocó no tuvo nada que ver con el socialismo, sino que era un gobierno sin respaldo mayoritario con el objetivo de avanzar hacia el Capitalismo de Estado en el contexto de un mundo en el que dos super-potencias luchaban por la dominación mundial. Las condiciones muy diferentes que se obtendrán en vísperas del socialismo con un apoyo masivo al socialismo en todo el mundo— serán suficientes para detener cualquier intento suicida de un Pinochet de los últimos días para tratar de detener el progreso de la historia

Movimiento Socialista Mundial

World Socialist Movement