Carta abierta a ……

La Organización Mundial del Socialismo, establecida en 1904, con afiliados y partidos paralelos en más de 25 países, les manda un saludo fraternal y muy cordial a vuestros lectores. Os invitamos a todos los que estáis verdaderamente interesados en la política de la libertad a que trabajemos juntos para un objectivo común, la lucha para desmantelar el sistema capitalista global y ayudar al establecimiento de una sociedad mundial basada en el acceso libre y equitativo a los beneficios de la civilización.

La Organización Mundial del Socialismo se identifica plenamente con el establecimiento de un sistema global basado en la propiedad común y el control democrático de los medios e instrumentos destinados a la generación de riquezas, por y para los intereses todos.

Abogamos por un mundo sin fronteras ni clases sociales, sin líderes, estados, gobiernos ni coacción: un mundo sin dinero y los atributos que conlleva, los cuales nos restringen a una pobreza relativa; un mundo en el cual la producción por fin se vea liberada de las limitaciones artificiales de las ganancias para que sea aprovechada en beneficio de todos; un mundo sin desperdicios, ni carencias ni guerras.

Hemos entrado en el siglo 21 con toda clase de mal del siglo 20 no sólo presente todavía sino cada vez peor. Ochocientos millones de seres humanos padecen de forma crónica de desnutrición, seis cientos millones están sin hogar, más de un billón no tienen acceso a agua limpia y más de 1.2 billones están sin empleo. Todo eso a causa de las leyes anárquicas del sistema de ganancias, las cuales exigen que las ganancias siempre deben tener prioridad. Asimismo, se conoce el caso de granjeros por todas partes del mundo a quienes se les paga para que retiren sus tierras del proceso de la producción , los gobiernos mandando la acumulación y la destrucción de comida – todo para que se mantengan altos los precios. En ciudades del mundo entero sobran viviendas vacías (aunque a precios inalcanzables), sin mencionar los montones de ladrillos y cemento almacenados y los millones de artesanos sin empleo. Mientras que nuestros hijos se mueren de enfermedades que sí tienen cura, los gobiernos por todo el mundo siguen inyectando billones de dólares en sus máquinas de guerra, empleando a docenas de miles de cinetíficos en sus programas armamentistas – todo para que los combatientes mejor equipados tengan una ventaja mayor en la guerra continua entre los capitalistas del mundo por apoderarse de las rutas de comercio, la riqueza mineral y los mercados extranjeros.

El sistema, amigos nuestros, no puede ser reformado para servir nuestros propios intereses. Su abolición significa la vida para nuestros hijos y nietos. Diez mil reformas no cambiarán ni un ápice el hecho de que seguiremos viviendo involucrados en un sistema clasista dentro del cual cada aspecto de nuestras vidas se ve subordinado a las peores exigencias del sistema de ganancias.

La amenaza omnipresente de una guerra nuclear y catástrofe ambiental y el hecho de que el capitalismo no sea capaz de resolver ni uno de los problemas a que se enfrenta la humanidad, demuestra que reformar es imposible. El órden social por completo está pidiendo a gritos un cambio inmediato y no paulatino. No se puede conseguir tal cambio por la fuerza, a través de una insurrección violenta. Si el socialismo va a sustituir al capitalismo como nuevo sistema global de la sociedad, sólo podrá producirse cuando nosotros, los trabajadores del mundo, comprendamos el socialismo y estemos dispuestos a preparar y organizarnos para ello, de forma pacífica y democrática, sin líderes y en nuestro propio interés. La liberación de la clase obrera tiene que ser tarea de la clase obrera misma.

La Organización Mundial del Socialismo no tiene liderazgo – todos los miembros somos iguales. No pretendemos dirigir ni queremos seguidores. No hay nada que podemos hacer para la clase obrera que no sean capaces de hacer ellos mismos. Al fin y al cabo, los trabajadores del mundo ya llevamos por completo las tareas del mundo; nos toca excavar las minas, cultivar la tierra y dedicarnos a pescar los oceanos; edificamos nosotros las ciudades, las carreteras y los puentes; construimos los barcos y los puertos, los aviones y los aeropuertos; atendemos los hospitales y las escuelas. Somos nosotros, los trabajadores del mundo, los responsables de producirlo todo, desde un afiler hasta una plataforma petrolífera, actuando como los proveedores de todos los servicios de los que depende la humanidad. Si somos capaces de tanto y dentro de un sistema que continuamente nos divide, nos frustra, nos explota; ¿cuánto más seríamos capaces de conseguir en un mundo donde ejerzamos un control directo sobre los recursos naturales e industriales, y tengamos voz democrática a la hora de decidir como debe de llevarse nuestro mundo?

Al reconocer que es más lo que nos une a los trabajadores del mundo, al compartir las mismas necesidades y aspiraciones, de lo que jamás podría separarnos por motivos nacionales, históricos o culturales, La Organización Mundial del Socialismo os hace un llamamiento a los trabajadores de todas partes a que os unáis con nosotros en la lucha para establecer un sistema global de la sociedad dentro del cual cada ser humano tenga acceso libre a los beneficios de la civilización – el Socialismo Mundial.

Responderemos personalmente a cualquier persona que se ponga en contacto con nosotros, y asimismo enviaremos un lote de información que explique de forma sencilla el caso contra el capitalismo y la manera en que podeis ayudar a ponerle fin.

Por favor, pónganse en contacto con nosotros:

World Socialist Movement, 52 Clapham High Street, London. SW4 7UN O por correo electrónico: enquiries@worldsocialism.org O puedes acceder a nuestra página web: www.worldsocialism.org/spgb/