Imponerle impuestos a los ricos

Es mejor abolir los capitalistas

Abundan las estadísticas que muestran cómo los más ricos de todo el mundo se han vuelto aún más ricos. Los economistas explican que nunca en la historia de la humanidad la desigualdad en  una sociedad no ha sido tan extrema como en esta época actual. La concentración de la riqueza en manos de una minoría cada vez más pequeña es un fenómeno global. El dinero busca el dinero como se dice.

En los Estados Unidos, las fortunas combinadas de los siete multimillonarios más ricos superaron trillones de dólares por primera vez. El 0.01 por ciento más rico de los estadounidenses, 33,000 individuos, ahora pagan solo una sexta parte de lo que solían pagar en impuestos, cuando se mide como un porcentaje de su riqueza total. El IRS (oficina recaudadora de impuestos) publicó recientemente estimaciones de que el 1 por ciento más rico de los hogares estadounidenses no reporta alrededor del 21 por ciento de sus ingresos, utilizando complejas estrategias de evasión de impuestos que les permiten engañar al gobierno federal.

En el Reino Unido, entre marzo de 2020 y 2021, los 54 multimillonarios del Reino Unido vieron aumentar su riqueza en £ 40 mil millones (US $ 54.9 mil millones), una ganancia del 36 por ciento.

Alrededor de 500 rusos súper ricos, que constituyen menos del 0,001 por ciento de la población de Rusia, poseían más que los 114,6 millones más pobres, o el 99,8 por ciento de la población adulta. En China, Zhong Shanshan vio aumentar su riqueza durante  el año 2020 en un 3.300 por ciento (66.000 millones de dólares). Tampoco estaba solo, con muchos otros disfrutando de un aumento en las ganancias. Tanto es así que el presidente chino, Xi Jinping, ahora exige sacrificios financieros a los ricos del país.

Y tal es la vergüenza de las riquezas entre los capitalistas que en los Estados Unidos algunos han formado una organización llamada ‘Millonarios Patriotas “destinada a hacer que las personas ricas paguen más  impuestos.

Incluso el conservador Fondo Monetario Internacional ha pedido a los gobiernos que desplazen la carga de los impuestos de los ingresos bajos y medios hacia los más acomodados, advirtiendo que la injusticia en los impuestos conduce al malestar social.

Los políticos se están uniendo para combatir los esquemas internacionales de evasión de impuestos y lavado de activos. Ya vemos que existen esfuerzos para unificar los códigos tributarios de los diferentes países para cerrar las lagunas que permiten varios métodos para evadir los impuestos locales.

En lugar de intentar una redistribución nivelando los ingresos y reduciendo la disparidad utilizando las políticas fiscales del gobierno, el Partido Socialista propone una solución mucho más fundamental:  que es la expropiación de la clase capitalista.

Las políticas de austeridad y las reducciones en el estado de bienestar están pagando por recortes de impuestos a los ricos y esto está demostrando tener consecuencias mortales. Estados Unidos es descrito como la sociedad más rica jamás conocida, sin embargo, no lo adivinaríamos dadas las “muertes de desesperación” causadas por las adicciones y la mala salud mental que  llevan la vida de decenas de miles.

Miles de millones de personas se ven afectadas por la reducción de las pensiones y las prestaciones de la seguridad social; mediante subsidios más bajos, incluidos los destinados a alimentos y combustibles; por el gobierno y las autoridades locales limitan la prestación de servicios públicos como educación, salud, trabajo social, agua y transporte público; mediante la racionalización y la focalización estrecha de la protección social, de modo que solo los más pobres de la población reciban beneficios estatales cada vez más frugales y más personas queden excluida.

El Partido Socialista toma la posición marxista poco común, pero muy ortodoxa, de que la carga última de los impuestos, a pesar de algunas excepciones menores, recae sobre la clase capitalista (esto se explica en otra parte de nuestras publicaciones). Cuando las empresas hacen trampa mediante la evasión de impuestos, están robando a sus compañeros capitalistas al no pagar su parte “justa” de los ingresos por el mantenimiento de los servicios gubernamentales.

Todo esto lleva a nuestra postura inusual de que realmente no nos importan en absoluto los ricos evasores de impuestos, aunque revela su tontería hipócrita de ser patrióticos y respetuosos de la ley. De hecho, algunos de los más ricos afirman ser filántropos que donan a organizaciones benéficas, pero expone la actitud antidemocrática de que la política de gasto debe ser decidida por estos capitalistas individuales y no colectivamente por su “comité ejecutivo”, el estado.

Entonces, cuando se trata de nombrar y avergonzar a los ricos por deshonestidad fiscal, decimos que es un crimen mucho menor que el robo a los trabajadores de los frutos de nuestra fuerza de trabajo a través de la explotación de la extracción de plusvalía. Pero podemos tomar un merecido sentimiento de schadenfreude cuando esos “capitanes de la industria” están siendo expuestos como los ladrones que son. El sistema capitalista está amañado desde el principio y los trabajadores han sido condicionados desde la infancia a amarlo, preservarlo y, en última instancia, defenderlo con nuestras vidas, incluso cuando nos esclaviza, empobrece y mata. El problema no son los multimillonarios, sino la propiedad de los medios de producción por parte de la clase dominante capitalista. Y el problema no es la codicia, sino la forma en que funciona el sistema capitalista, la creación de plusvalía a partir del sudor y, a menudo la sangre de los trabajadores.

Movimiento Socialista Mundial